Gañanwar, para hablar de la campaña actual

Querido padre Prior:

Como viene siendo habitual, os escribo puntualmente con las novedades que se suceden en esta peligrosa misión que Sigmar, loado sea Él, ha hecho recaer sobre nuestros indignos hombros.

Nuestra estancia en Bogenhafen ha sido breve. Ni siquiera he tenido tiempo de recorrer las calles que pisé durante mi niñez, pero como Sigmar pontifica en su obra, hay que mirar siempre hacia delante, sin detenerse a contemplar lo que queda atrás.

La razón de mi misiva es narraros un encuentro acaecido en la ciudad. Durante la noche, encontramos y acabamos con un grupo de Colmillos Rojos, los servidores de los corrompidos vampiros que buscan socavar los cimientos del Imperio y acabar con él. Estos esbirros intentaban acabar con un niño llamado Ahmed y un sacerdote de Sigmar que se presentó como Maximilian Weber. Una vez hubo pasado el peligro, nos narró una confusa historia sobre un niño que pretendía ser la reencarnación de Sigmar y una cruzada que le seguía en su empeño por coronarse como Emperador en lugar del justo Kart Franz. He recordado los eventos que sucedieron hace un año sobre una supuesta “Cruzada del Niño” que acampó junto a las murallas de Altdorf para luego dirigirse hacia Kislev y no volver a ser vista jamás. Por lo que nos contó el padre Weber, un grupo de aventureros les siguió, enfrentándose a unos oscuros peligros y, siempre según el propio padre Weber, salvando el Imperio.

El problema radica en que ese grupo de aventureros fue corrompido por los Poderes Ruinosos y transformados en mutantes.

Mi consejo, padre Prior, es que se silencie todo este episodio. Saber que, si las palabras del padre Weber son ciertas, y nada me hace pensar lo contrario a pesar del aire de profundo despiste que le embarga y lo confuso que resultan a veces sus asertos, el Imperio debe su supervivencia a un grupo de mutantes, supondría un terrible acontecimiento de desconocidas consecuencias. Si todo esto saliera a la luz, puede que los mutantes fuesen observados con una nueva óptica de reconocimiento y aprecio. Puede que se dejase de perseguirles y se les reconociera como iguales. Puede que todo esto no sea sino un siniestro plan de los Poderes Ruinosos para infiltrarse en el Imperio y destruirlo desde dentro.

Es por ello que os ruego que, siempre con vuestra recta aprobación y superior criterio, y dentro de lo que esté en vuestra mano, silenciéis el episodio de la Cruzada del Niño como si nunca hubiera sucedido. Ese grupo de aventureros nunca existió ni sus nombres ni actos se reflejarán jamás en escrito alguno. Eso supondrá, por un lado, una mayor seguridad para el padre Weber y su protegido, pues pretenden partir hacia Bretonia para escapar al acoso de los Colmillos Rojos; y, por otra parte, evitará el avance del Caos en el corazón del Imperio.

Sin más que comunicaros, quedo a vuestra disposición.

Su siempre seguro servidor,

Rolf Steiner.

Estimado hermano:

No negaré que me ha sorprendido leer vuestra misiva. Pensaba que, como vuestro antecesor, estábais interesado en las andanzas de los Colmillos Rojos y es por ello por lo que os informaba puntualmente de mis investigaciones en el tema. No obstante, tras unos minutos de reflexión, la sabiduría de vuestras palabras ha iluminado la mente de este pobre pecador. Sin duda, tenéis razón al tachar de algo ridículo lo expuesto por el tal Weber y la "afirmación absurda" de la existencia de los Colmillos Rojos. De hecho, estoy convencido de que realmente no son sino embustes de dos halflings de Bogenhafen, unos tales Pábilo y Mechamisto, conocidos por sus bromas pesadas y engaños. Es altamente probable, incluso, que ni siquiera exista el tal Maximilian Weber y no sea sino un personaje ficticio creado por los dos despreciables halflings.

Os agradezco vuestro esfuerzo por meter algo de sabiduría en mi sesera. De hecho, para no importunaros más con mis inoportunas misivas y dado el escaso interés que suscitan, me abstendré de enviaros ninguna nueva epístola y me enfrascaré en estudiar el Deus Sigmar para iluminar mi mente y alma y poder aspirar, siquiera remotamente, a parecerme al insigne Johannes Seibolt quien, a partir de ahora, se convertirá en faro y guía para mí.

Sin más, se despide vuestro seguro servidor,

Rolf Steiner.

Jamás osaría desdecir a su excelencia, perdonadme ahora debo reunirme excelencia

Supongo que en el D&D un legal bueno vendría a ser un fanático del bien, como un cazabrujas del wh.

Morgan escribió:Muy buena idea.

Por cierto ahora que lo veo, el hechizo que intentaba hasta el aburrimiento (y no hablo de cortina de llamas) era el de corazones de fuego para darnos +20 a la Vol...

¿Cuántos frascos de aceite con sangre llevará?

Otra cosa, por los conjuros que has puesto imagino que Mel se ha cogido la escuela de fuego, la lista Cardinal. Entonces en el excel faltan Égida de Aqshy y Deflagración infernal (dif 24 y 31, jeje)

Steiner escribió:

El hechizo creo que es parecido a uno (Bendición Protectora) que voy a tener yo en breve (3 meses o así).